¿Quién Soy? Emilio al descubierto.
Pasa adelante, toma asiento. Te cuento un poco sobre mí, mi vida, gustos y disgustos. Cómo llegué a escribir mi primera novela después de pasar por varios trabajos que nada tenían de creativos.
Emilio Araya Brenes
8/1/20244 min read
En esta pequeña entrada, quiero darte una introducción a mi vida, ¿quién soy? y ¿qué he logrado a mis 34 años?, pero, antes de empezar, te agradezco por estar leyendo estas líneas y compartir unos minutos de tu tiempo.
Mi nombre es Emilio Araya Brenes, si estás en este blog, seguramente creas que me considero escritor, pues no es así, aún siento que es una palabra que me queda bastante grande, diría más bien, alguien a quien le gusta escribir. Soy oriundo de San Pablo de León Cortés en la Zona de Los Santos, San José, Costa Rica; una hermosa zona, rodeadas de ríos, montañas, pequeños pueblitos céntricos, sin edificaciones que sobrepasen los 3 pisos de altura y lo principal, con mucho, pero mucho café; no te miento cuando digo que donde quiera que mires, en cualquiera de sus tres cantones, vas a encontrar plantaciones enormes de café, café y más café.
Desde niño me crié entre cafetales, como era de esperarse; primero recolectando el fruto, y luego en unas pequeñas casetas de madera llamadas “recibidores”, en los que los patronos entregan su producto recolectado durante el día por sus peones, para luego solicitar el pago.
Tuve una infancia bonita, junto con dos hermanas más y un hermano. Mi familia nunca fue acaudalada, y aunque nunca nos faltó qué comer, si era necesario apoyar con trabajo en mi hogar, durante los meses de diciembre y enero, cuando llegaba el verano y con él las vacaciones escolares, anunciadas por los fuertes vientos y el cielo azul. No me quejo absolutamente de nada, aunque a muchos de mis compañeros de curso me los encontraba en la calle, saliendo del estadio con su balón en mano, mientras que yo venía de trabajar; siempre fui agradecido porque veía lo que tenía: una familia amorosa y unida, que opacaba sus faltas con muchas risas, la música de nuestro padre y juegos de hermanos. Incluso hasta la fecha, encontrarme con ellos en alguna reunión familiar, es sinónimo de comida, cervezas y muchas risas.
Incluso estuve en varias bandas. Siempre voy a estarle agradecido a mi mamá por su paciencia, no se imaginan lo que es un grupo de músicos jóvenes inexpertos, intentando tocar «covers» de Megadeth en la galera de su casa. ¡Pobre madre! La música es otra faceta de mi vida que tengo muy arraigada, no solo gasto mis ideas en libros, también tengo muchas canciones escritas que siguen llenando mi esperanza de en algún momento grabar mi primer disco. De hecho, siempre pensé que lo grabaría antes de siquiera pensar en un libro, pero he ahí lo bonito de la vida, nunca se sabe que vueltas puede dar el camino.
A los 15 años, conocí a quien sería el amor de mi vida en mi colegio. Dos años después nos hicimos novios, y al cumplir los 18 terminamos la secundaria, ella se fue a vivir a la capital y como era de esperarse de un jovencito enamorado; la seguí. Cuatro años después nos casamos y hasta la fecha es quien primero me despierta con un beso, las pocas veces que logra despertar antes que yo.
Desde luego, no solo la seguí porque sí. Ingresé a la Universidad de Costa Rica, donde comencé la que sería mi primera carrera fallida e intento de profesionalizarme. Estudié Enseñanza de la Música, pero al poco tiempo dejé mis estudios con pésimas notas, debido más que todo a los licores y a la calle de la amargura (los ticos entenderán). Así que abandoné la universidad para trabajar en una distribuidora como secretario. Tuve algunos trabajos más: encargado de un pasillo en una tienda departamental, encargado de bodega, secretario nuevamente.
Mi juventud la pasé entre amigos, rock y uno que otro vicio.
aunque bueno, ahora estoy muy feliz cursando mi carrera de Nutrición, la cual espero, no se una a la lista de intentos fallidos.
Aún así, me es curioso pensar en cómo me cuesta tanto sentarme a hacer una tarea universitaria por dos horas, pero, escribiendo Siete Sombras, podía pasar ocho horas seguidas sin dejar de escribir, incluso llegué al punto en el que me levantaba de mi computadora por hambre, me preparaba una taza de café con un trozo de pan, y mientras seguía escribiendo trataba a la vez de masticar el pan mojado, con tal de terminar de escribir ese último capítulo que tanto me apasionaba. Tal fue que encontré mi fascinación, que a la fecha tengo escritos tres libros, de ellos Siete Sombras es el primero que orgullosamente publico. No sabes la cantidad de veces que terminé con mis dedos entumecidos de horas y horas digitando caracteres.
Soy consciente de que no todos podemos trabajar en eso que nos apasiona, si fuera tan sencillo el mundo sería un lugar mejor; pero sí estoy seguro de que es verdad lo que dicen; cuando algo te llena tanto como para que no lo puedas soltar, es cuando sabes que: “aquí es donde tengo que estar”.
Le agradezco mucho a la vida, por todo lo que me enseñó, lo bueno y lo malo, esas veces que tuve que trabajar en lugar de jugar al fútbol, porque hoy en día, veo la vida con muy bonitos ojos, y aunque tenga mis días buenos, malos y espectaculares, me siento afortunado de decir, que soy un escritor feliz.
Gracias por dedicarme estos momentos para conocernos mejor. Me encantaría que te unieras a nuestra comunidad y descubrieras el mundo de emociones que he plasmado en mi libro, Siete Sombras. Tu presencia y lectura, significarían mucho para mí.
P.D. Efectivamente la foto de arriba, es de mi bella Zona de los Santos. Tomada desde Copey de Dota, un domingo de caminata. Ahora tiene sentido, el porque soy un escritor feliz.
Pasé por cuatro universidades intentando estudiar tres carreras distintas y en ninguna logré encontrar mi vocación,
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